domingo, 7 de noviembre de 2010

Análisis Grupal - Ténicas de Abordaje Comunitario / Marco Lógico


¿Qué  entendemos  por  Técnicas  de  Abordaje  Comunitario?


Aspectos metodológicos
Partiendo  de  las  consideraciones  anteriores,  es  necesario  definir  qué  entendemos  por Abordaje Comunitario.
El  Componente  Comunitario  en  cualquier área  alude  a  una  concepción  de  la  realidad social y a una  intencionalidad en  la  intervención. Por  lo  tanto impregna  toda  la actividad de Centro.
Pero  para  sortear  el  riesgo  de  que  lo  que  está  en  todo  quede  invisibilizado,  realizaremos algunas precisiones que nos permitan distinguir entre  las distintas nociones  involucradas en este componente, al tiempo que intentaremos ubicar el Abordaje Comunitario en el Proyecto e identificar su correlato metodológico.
 Un territorio singular que es necesario conocer y comprender, frecuentemente lo  comunitario  es  entendido  en  términos  territoriales,  como el  espacio geográfico en el que  las personas desarrollan buena parte de su vida cotidiana y en el que habitan: el barrio, el asentamiento, el poblado, la localidad.
Entendido  de  esta  forma, lo  comunitario es  un  escenario  complejo  donde  interactúan diversos actores sociales -individuales y colectivos- que le otorgan una particular dinámica a partir  de  la  relación  entre  ellos  y  de  los  significados  que  ese  lugar  tiene  para  quienes  lo integran:  sus  habitantes,  las  comisiones  barriales,  los  líderes  comunitarios,  organizaciones de salud, educativas y municipales, clubes deportivos, clubes políticos, centros  religiosos, y otros. Un escenario en donde los miembros de la comunidad  participen y formen parte de él.
Desde  esta  perspectiva,  el  Abordaje  Comunitario supone conocer descriptiva y analíticamente este escenario. Este  conocimiento  puede  ser  sistemático, si  utilizamos  determinadas  herramientas metodológicas para acceder y analizar la información en un momento dado, como puede ser por ejemplo, en los inicios del funcionamiento de un Centro Comunal.
Pero también se puede acceder a él empleando la observación y la escucha permanentes en el marco de  las actividades que se desarrollan en y desde el Centro Comunal, registrando  lo que allí sucede y sistematizándolo para su análisis.
Se  trata  de  un  conocimiento  que  no  puede  estar  desligado  de  la  acción:  mientras desarrollamos  las  distintas  intervenciones  (en  los  Talleres,  en  el  hogar,  con  niños,  con adultos o con otras organizaciones) estamos conociendo; y mientras conocemos, ajustamos la intervención para hacerla pertinente y contextuada.
Es  el  llamado diagnóstico  de  la  comunidad, que  no  es  entonces,  una mera  descripción  y acumulación de información lograda en un momento dado, sino la comprensión de lo que allí sucede -que  se enriquece en  forma permanente- y  del  significado que  adquiere en  la  vida cotidiana de niños/as y familias.
Se  trata  de  un  diagnóstico  que  puede  adoptar un  carácter  participativo,  si  incluye a  las personas con las que trabajamos y a otros habitantes de la comunidad.
Pero  además  este  conocimiento  no  es objetivo  ni  neutro.  Construimos  una  determinada percepción  de  los  sujetos,  atribuimos  a  las  personas  valores,  sentimientos,  intenciones, características según nuestros prejuicios.
Y  es  en  función  de  esta  percepción  y  de  cómo  nos  impactan  las  características  que identificamos,  que construimos  un  vínculo  con  singulares  características y  desarrollamos nuestra intervención. Este aspecto también es parte del diagnóstico porque es un diagnóstico en el que estamos implicados.
También es importante analizar dentro de esa dinámica, el lugar que ocupa el Centro (objeto de estudio), el significado que le otorgan sus participantes directos y demás actores locales.
Así, el Centro (objeto de estudio) construye un lugar particular de acuerdo a las circunstancias de cada contexto de acción: un lugar en el que se obtienen ciertos beneficios para la subsistencia, un lugar en el  que  se  conoce  otra  gente,  en  donde  se  es  escuchado,  un  lugar  en  el  que  los  niños aprenden, un lugar percibido como aislado del resto o rechazado.
Esto permite planificar acciones  específicas dirigidas a  la difusión, al esclarecimiento de  la información, al establecimiento de  los alcances y  límites de su accionar o a  la  ratificación o rectificación de estrategias y actitudes.
Nosotros como equipo  debemos  analizar  el  lugar  que  ocupa  en  la  percepción  de  los  demás  y  el  que pretende ocupar.
También  debemos  saber  desenvolvernos  estratégicamente  en  un  escenario  que  podamos convocarlos  a  cooperar,  a  competir,  a  realizar  alianzas  (positivas  o  inconvenientes),  a  no participar, a incidir y a tomar iniciativas.
La estrategia busca fomentar de acciones que promuevan la creación de espacios saludables, la consolidación de procesos de intersectorialidad y de participación social a través del gobierno local, el estado en general, los diversos actores del barrios en su mayor diversidad y de la comunidad educativa como componentes esenciales, articulando la escuela, los servicios de salud y las organizaciones comunitarias, en una fuerza común para abordar los principales riesgos que afecten la calidad de vida de los niños y generen procesos permanentes y continuos.

La Escuela posibilita también la ayuda mutua o acciones que las personas realizan para ayudarse unas a otras; los entornos sanos, o creación de las condiciones y entornos que favorecen la salud; así como la prevención de los factores de riesgo que impactan sobre el rendimiento escolar, tales como el ausentismo y la repetición de años escolares, los cuales tienen como base problemas asociados a los aspectos biológicos, ambientales,
sociales, económicos, culturales y sociológicos de los estilos de vida y las formas operativas como se prestan los servicios de salud y educación.
Al  hablar  de  comunidad  nos  referimos  a  un  grupo  social  dinámico,  histórico  y culturalmente  constituido  y  desarrollado,  preexistente  a  la  presencia  de  los investigadores  o  de  los  interventores  sociales  que  comparte  intereses,  objetivos, necesidades  y  problemas,  en  un  espacio  y  un  tiempo  determinado  y  que  genera colectivamente  una  identidad,  así  como  formas  organizativas,  desarrolla  y  emplea recursos para lograr sus fines. (Montero, 2004)
La importancia y valor del trabajo del investigador para cada comunidad en particular son indiscutibles,  sobre  todo por  su efecto propulsor en  términos de cohesión y desarrollo cultural. Para que la relación investigador- comunidad sea efectiva, estás dimensiones deben  estar  íntimamente  relacionadas  convirtiéndolas  en  una  base  de  acción  educativa recíproca. De allí,  la  importancia de que  se caracterice  la comunidad donde  se  trabaja entendiendo  que  el centro (objeto de estudio),  cualquiera  que  sea  la  extensión  que  se tome  para  designarla,  es  siempre  una  unidad  compleja  e  interrelacionada  de  una variedad de organizaciones  y  grupos  y  al  estudiarla  se  tomen  en  cuenta  el  espacio,  el tipo de comunidad donde está ubicada la escuela, y el tiempo histórico de ésta, al igual que su pasado, la realidad presente y las expectativas futuras de sus habitantes.
Ahora bien, el abordaje comunitario comienza con un diagnóstico que permite al investigador y a otros actores participativos tener una visión y comprensión de la realidad social en la cual les corresponderá interactuar. De esta manera crean un proceso permanente y continúo  de  reflexión  sobre  el  entorno,  partiendo  de  la  recolección,  integración, sistematización  y  análisis  de  la  información.  El  diagnóstico  genera    y  ofrece  la información suficiente y necesaria para apoyar la toma de decisiones.
El diagnóstico se elaborará tomando en consideración un conjunto de dimensiones que  describen  a  la  comunidad  entre  las  que  encontramos: Características  geográficas; antecedentes histórico; situación demográfica; salud y salubridad comunitaria; entre los rasgos:  culturales,  educativos,  recreativos  y  deportivos;  estructura  organizativa  y liderazgo comunitario; condiciones económicas, productivas y por último problemas de carácter social que afectan a la comunidad.
Entre  los  procedimientos  de  los  cuales  dispone  el  investigador para  obtener  la información podemos mencionar la entrevista y la observación.

El    Marco   Lógico
El Marco Lógico es un método de análisis y una herramienta para ayudar a conceptualizar un proyecto. El diseño del método de Marco Lógico partió de la premisa de ayudar a los operadores y tomadores de decisiones en la redacción de proyectos o de perfiles de proyectos a lograr tal fin considerando aspectos lógicos. El Marco Lógico está diseñado también para subsanar problemas comunes que se presentan en el diseño e implementación de proyectos o perfiles y que se vinculan a:
a) Ausencia de precisión en los procesos de planificación de proyectos, donde los objetivos son variados pero no están relacionados con las actividades del proyecto.
b) Falta de éxito en los proyectos con deficiencias en la definición de responsables de las acciones y actividades.
c) Escasa visualización de presente y futuro en los proyectos, lo cual no permitía sacar lecciones positivas y negativas aprendidas, además de generar insumos pobres para los procesos de evaluación.
Desde su versión original diseñada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el método de Marco Lógico se adaptó a las diferentes situaciones y requerimientos institucionales de los organismos internacionales de cooperación. Sin embargo, las adaptaciones no han cambiado el sentido del Marco Lógico como herramienta que presenta de forma sistémica y lógica objetivos de un proyecto o programa, además de sus relaciones de causalidad.
Es decir, que el Marco Lógico permite un análisis de las interrelaciones entre problemas, metas, objetivos específicos, resultados y actividades, además de vincularlas con el ambiente que las rodea. Asimismo, facilita la comunicación al presentar una terminología más o menos uniforme que reduce las ambigüedades, presenta un formato que puede ser de gran utilidad para trabajar con los distintos actores involucrados con el diseño e implementación del proyecto o programa, suministra información precisa y concreta de gran relevancia al momento de realizar el seguimiento y la evaluación.
Pero el Marco Lógico también es de gran utilidad para mostrar a los operadores de acciones si se han alcanzado los objetivos establecidos, considerando las hipótesis definidas como factores externos a los proyectos que afectan su desarrollo. El Marco Lógico es utilizado tanto en la preparación como en la fase de ejecución y evaluación de un proyecto, es decir que esta herramienta es utilizada durante las diferentes fases del ciclo de vida de un proyecto. Es una herramienta de punto de partida a partir del cual se van elaborando otros que serán de vital importancia para tratar de conseguir éxito en las intervenciones que se realicen.
El Marco Lógico, en términos generales, se resume en una matriz de cuatro por cuatro que establece y muestra de una manera lógica los aspectos más relevantes de un proyecto. Es decir, que la matriz abarca en las columnas un resumen narrativo de los objetivos y actividades, comprende indicadores objetivos para los resultados a alcanzar, establece medios de verificación así como supuestos o hipótesis que implican factores de riesgo externo que pueden afectar a un programa o proyecto.

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